lunes, 1 de julio de 2013

El santoral en el Antiguo Régimen




     En el Antiguo Régimen los nombres propios, la decoración de las viviendas, los libros y cláusulas notariales, aluden todos a una permanente presencia  cotidiana de los sobrenatural.
     El seguimiento de la onomástica permite rastrear la importancia de las devociones del santoral, su popularidad y la extensión de su culto y la evolución a través de los tiempos.
     Cuando se le pone a un recién nacido un nombre de santo se honra a su titular y se confía en su patrocinio y protección. El peso familiar  determina muchas de las nominaciones , pero también el arraigo del poder de lo sobrenatural.

     Tras contabilizar a 11.386 vallisoletanos distintos, se han reconocido 625 nombres diferentes. Cerca de las dos terceras partes de la población se vale únicamente de once nombres para designarse y ser reconocidos.
     Los nombres más repetidos son: Manuel (9,93%), Francisco (9,80%) y Juan (8,38%).
     Entre las mujeres: Maria (22,56%), Isabel( 6,13%), y Ana (4,99%).
     El nombre de los Apóstoles, salvo Judas, cubre las necesidades de protección de los castellanos, tantos hombres como mujeres. No podía faltar el nombre de Francisco,, uno de los grandes fundadores de las órdenes religiosas.
     Miguel es el más repetido de nombre de angel protector, seguido de Angel-a,Gabriel-a y Rafael-a.
     La resistencia al cambio hace que nombres medievales paleocristianos, resistan al cambio como Alonso o Catalina ( santa, virgen y mártir).
     Jesús será nombre decimonónico,, pero Manuel-a es el más utilizado tanto por hombres como por mujeres , al igual que José. También es muy popular Isabel. El nombre de María designa a más de la quinta parte .
     José-fa alcanza el cenit durante el barroco.
     Varios son los que van perdiendo posiciones como por ejemplo: Pedro-Petra, Andrés, Alonso, Domingo y sobre todo Ana, Isabel, Catalina e Inés. También Francisco –a y Juan-a. En cambio ascienden José-fa y Manuel-a, durante la segunda mitadl del setecientos.
   Vicente, Tomás y Rosa, alcanzan el cenit hacia 1800.

     Con respecto a María, pierde posiciones en relación a Josefa  y Antonia, pero aumenta formando nombre compuesto con. Ana María, Mª Antonia, Mª Carmen,, Mª Concepción, Mª Cruz o Mª Teresa.

     El nombre también tiene su importancia en función de los orígenes históricos de los que proceda su implantación.
     Los personajes aparecidos en el Antiguo y Nuevo Testamento ofrecen una fuente inagotable de posibles nombres de pilas para los castellanos de los siglos XVII, XVIII  y aún del siglo XIX. Cerca del 57% de los vallisoletanos cuentan con un nombre procedente de origen religioso.Otro tercio de los nombres se deben a los fundadores de órdenes religiosas más representativas . Hacia 1800 aparecen por vez primera: Natalio, Angelo, Engracia, Fabiana, Felisa, Buenaventura, Alejandra, Judas Ignacio y Francisco Javier también surgen en estos momentos.
     Los de referencia bíblica son abrumadoramente mayoritarios, entre los que destacan la importancia de los nombres marianos ; también los procedentes de los Apóstoles, entre los varones. Hay muchas mujeres con el nombre de María, y Manuel-a,José-fa, Miguel, Ana e Isabel.
     Los nombres de Asís y Padua nunca fueron olvidados. Descienden: Alonso, Luis-a, Fernando, Beatriz, Carlos y Ramón.
     A partir del siglo XIX, tendrán vigencia: El ángel custodio, el día de todos los Santos,Víctor-Victoria,Gracia, Cristina, el misterio Pascual, la Natividad y Epifanía de Cristo o los Dolores de Ntra. Sra. Y la virgen del Carmen.

     Haciendo un resumen de las diferencias establecidas entre Valladolid y su zona rural de influencia en cuanto al nombre de los Apóstoles, indicar que sóloAndrés y después Matías, priman en los pueblos, frente a Pedro prevalece en la ciudad. Entre los urbanos prevalecen: Angela, Felipa,Juana, Juliana, Margarita. Beatriz,Bernarda, Catalina entre los rurales.  Entre los varones: Pedro, Domingo o Luis prevalece en la urbe  y Agustín,Bernardo, Francisco, Jerónimo o Matías o Alonso en el medio rural.
     María es común en ambos términos. .Francisco predomina en Valladolid (9,6%) y Manuel en el medio rural( 11,6%).
     Hasta el siglo XIX la mayoría de los bautizados recibían un solo nombre.

     En el interior de las viviendas contaba con referencias religiosas permanentes, advocaciones marianas y santos que cubrían muchas de las paredes de las viviendas. Sus moradores se sentían protegidos. Si las obras son de calidad y tamaño, reflejarán un mayor poder económico de los propietarios.
     Entre los motivos del arte cristiano destacan: las advocaciones marianas, los santos y los crucifijos.